martes, 16 de noviembre de 2010

La pepena en La Montaña

*En once de los 18 municipios más pobres de Guerrero se decidirá la contienda del 30 de enero
*Figueroa y Aguirre bajo el cobijo de la oligarquía regional
*Manuel Añorve sin el liderazgo necesario entre la masa indígena empobrecida

Por Everardo Monroy Caracas

    Por primera vez en la historia de Guerrero, las elecciones del 30 de enero serán las más vigiladas en todo el estado. En once, de los dieciocho municipios de La Montaña, cada tres años la oligarquía regional manipula el resultado de los comicios, pero actualmente se encuentra confrontada: tiene que definir sin titubeos el sufragio a favor de dos adversarios visibles: Rubén Figueroa Alcocer o Ángel Aguirre Rivero. Los priistas de la vieja guardia saben que Manuel Añorve Baños aún no es el santo de su devoción de los indígenas, jornaleros, burócratas y caciques de esa apartada región del estado.
    Durante la campaña, Añorve Baños intentará reinventarse, ganarse a pulso el derecho a ser reconocido por una masa empobrecida a punta de tanto saqueo de sus recursos naturales, los miserables salarios y la falta de presupuesto oficial para mejorar la infraestructura urbana de sus comunidades. Por lo pronto, depende de las buenas intenciones de la oligarquía local y el cacicazgo reconocido de Figueroa Alcocer.
    En cada municipio sacudido por el analfabetismo y el desempleo, el sufragio es abiertamente manipulable. El PRI y ahora el PRD tienen el control absoluto de las mesas de casilla, las urnas y la burocracia que las custodia. Cada personaje funciona bajo la directriz del alcalde, regidor, diputado o gobernador. Ángel Aguirre, en sus treinta años de militancia priista conoce al detalle cada recoveco legal y artimaña fraudulenta de los procesos electorales. Por algo dirigió durante tres años el destino político de ese partido.
    Lo mismo ocurre del lado figueroista. Los expertos en ingeniería electoral han hecho de las suyas durante los tiempos en que el PRD era una autentica oposición. Sin embargo, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, tras llegar fraudulentamente a la dirección nacional perredista, ahora dependen de las marrullerías de Ángel Aguirre y de sus “mapaches” para contrarrestar a sus adversarios, paridos del mismo palo tricolor.
    Los municipios donde el encontronazo pondrá a prueba la capacidad de los candidatos para manipular el voto ciudadano, serán: Acatepec, Alcozauca de Guerrero, Alpoyeca, Atlamajalcingo del Monte, Atlixtac, Cochoapa el Grande, Copanatoyac, Cualac, Huamuxtitlán, Iliatenco, Malinaltepec, Metlatónoc, Olinalá, Tlacoapa, Tlalixtaquilla de Maldonado,Tlapa de Comonfort, Xalpatláhuac, Xochihuehuetlán y Zapotitlán Tablas.
    En La Montaña, desgraciadamente es casi nulo el nivel de conciencia política. La militarización y presencia de sicarios y paramilitares tienen paralizada a la izquierda comprometida con la masa empobrecida y pauperizada. La ultraizquierda, representada por el EPR y ERPI, vive bajo un permanente cerco represivo que difícilmente le permite acrecentar su círculo de influencia. Los insurgentes andan a salto de mata de Guerrero a Oaxaca y Estado de México.
    Añorve Baños y Aguirre Rivero nada pueden hacer para trastocar a esa oligarquía que les garantiza votos. El segundo, más arraigado a los intereses de la región, únicamente puede prometer médicos, enfermeras, desayunos escolares, mochilas y uniformes gratuitos y asfaltar calles y carreteras. Jamás podrá comprometerse con los jornaleros asalariados e indígenas para recuperar sus recursos naturales y ser de ellos la riqueza que obtengan por su explotación. Sería su suicidio político. Lo mismo le ocurre a Añorve Baños. De ahí su interés de promover únicamente la entrega de fertilizante sin que el productor beneficiado pague. Sus otros compromisos son semejantes a los vertidos por su adversario pactado.
    El candidato del PRI deberá confiar en las argucias, amarres y mañas políticas de Figueroa Alcocer y su aliado circunstancial René Juárez Cisneros. No le queda de otra. Sería una falacia, un estúpido espejismo, suponer que ya tiene un liderazgo ganado en la mayoría de los municipios de La Montaña. No es así. En esta parte empobrecida de Guerrero, aún predominan los cacicazgos de Figueroa y la oligarquía local que en su momento le cedió su estructura política a Aguirre Rivero. Así están las cosas en Guerrero. Ver para creer.
    Manchas de tinta: Los chihuahuenses tienen un nuevo gobernador y es del clan de los sospechosos. Cada narco tiene el gobernante que merece, eso dicen los abuelos. Por lo pronto, siguen intocadas las rutas de trasiego de mota, coca, éxtasis y heroína. Los únicos que cambian, son los narcomenudistas, los burócratas del orden y los presos del Cereso. Los capos en la confrontación pura sin declarar vencedor. Azul pintado de Azul…

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