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| Angel con su carnal Marcelo |
*El acto político del domingo 7 en Acapulco para posesionar al jefe de gobierno del DF en el 2012
*El contingente perredista importado del Valle de México, de acuerdo a comentarios de reporteros de la fuente
*Calderón, la mano que mueve la cuna, intenta destruir las aspiraciones políticas de Andrés Manuel López Obrador para sucederlo…
*El contingente perredista importado del Valle de México, de acuerdo a comentarios de reporteros de la fuente
*Calderón, la mano que mueve la cuna, intenta destruir las aspiraciones políticas de Andrés Manuel López Obrador para sucederlo…
Por Everardo Monroy Caracas
El mitin del domingo 7 de noviembre en Acapulco no tuvo la pretensión de apoyar la candidatura de Ángel Aguirre Rivero. En realidad se trató de un acto político a favor de la precandidatura a la presidencia de la republica de Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal. Tan es así que el hijo putativo de Manuel Camacho Solís pidió el voto para el senador con licencia porque en Guerrero se implementarían, de repetir el PRD, programas de interés social similares a los que él ya aplica en la ciudad de México.
Las elecciones del 30 de enero ya están decididas en el estado: Manuel Añorve Baños será el gobernador electo porque su adversario político, el ex presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Ángel Aguirre ya fue gobernador y nada hizo por sacar a los indígenas y jornaleros del campo de la pobreza. El mismo discurso de gobernante es repetido en la actualidad, sin arropar su deseo de poder con el mínimo criterio revolucionario perredista.
Aguirre únicamente insiste en atraer inversión privada al estado para generar empleos y bienestar. También amarra su candidatura a su propósito de regalar uniformes, becas y desayunos escolares sin comprometerse a atacar a fondo la corrupción del sindicalismo magisterial o crear empresas de autogestión donde los trabajadores sean los generadores de su propia riqueza o mejora de su vivienda.
Los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, mejor organizados que el contingente de Los Chuchos (Jesús Ortega y Jesús Zambrano), no acudieron al mitin de Ebrard y han reiterado, a través de sus dirigentes estatales y municipales y del propio Alejandro Encinas, que no apoyan la candidatura de Ángel Aguirre y por lo tanto, cada lópezobradorista tiene libertad de actuar como le parezca el 30 de enero. Ya existen voces disidentes que optaran por darle su sufragio al priista Manuel Añorve Baños.
Sin duda, Ebrard y López Obrador son ya precandidatos a la presidencia de la Republica. El segundo está mejor posesionado en los 32 estados del país y el primero solo depende del presupuesto de su gobierno, las marrullerías y corruptelas de Los Chuchos y el rencor de Felipe Calderón contra su ex adversario político en los comicios de julio del 2006: López Obrador.
De ahí que Ángel Aguirre pretendiera quedar bien con esas tres fuerzas políticas y en un principio intentara convertir su propaganda en un descarado arcoíris (no el que abandera la causa homosexual). Le sugirieron y aceptó hacer una mezcolanza de colores identificados a los diversos partidos políticos que le dieron el respaldo a su candidatura. Sin embargo, la sábana o fondo qué arroparía al PRD, PT y Convergencia, seria de un azul solferino, extraído del mismísimo tintero panista.
Hubo oposición de la vieja burocracia perredista, presionada por su militancia, y en la propaganda callejera tuvieron que eliminar la presencia azul como eje ideológico. Aún así, el azul panista existe en los spots que se difunden por televisión e Internet. (Ya ahondaré sobre este tema).
Ángel Aguirre tuvo que pactar con Ebrard, Calderón y Los Chuchos y darle la espalda a López Obrador. Lo del domingo fue una simple quema de castillos de pólvora. Lo que en el vulgo popular se le llama un acto político “engañapendejos”. Los reporteros y editores guerrerenses conocen la verdad. Dos de ellos, respetables por su profesionalismo, pero limitados por las empresas donde colaboran, lo confirmaron: “lo del domingo 7 fue un acarreo y detectamos mucha gente importada de otros estados del país, principalmente del Valle de México”.
En una palabra: Los Chuchos utilizan la poca fama que le queda a Aguirre para allegarle de leales a Ebrard e intentar darle en la madre a López Obrador en sus pretensiones políticas de ser el candidato oficial a la presidencia de la republica en el 2012.
Así están las cosas en Guerrero.
Las elecciones del 30 de enero ya están decididas en el estado: Manuel Añorve Baños será el gobernador electo porque su adversario político, el ex presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Ángel Aguirre ya fue gobernador y nada hizo por sacar a los indígenas y jornaleros del campo de la pobreza. El mismo discurso de gobernante es repetido en la actualidad, sin arropar su deseo de poder con el mínimo criterio revolucionario perredista.
Aguirre únicamente insiste en atraer inversión privada al estado para generar empleos y bienestar. También amarra su candidatura a su propósito de regalar uniformes, becas y desayunos escolares sin comprometerse a atacar a fondo la corrupción del sindicalismo magisterial o crear empresas de autogestión donde los trabajadores sean los generadores de su propia riqueza o mejora de su vivienda.
Los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, mejor organizados que el contingente de Los Chuchos (Jesús Ortega y Jesús Zambrano), no acudieron al mitin de Ebrard y han reiterado, a través de sus dirigentes estatales y municipales y del propio Alejandro Encinas, que no apoyan la candidatura de Ángel Aguirre y por lo tanto, cada lópezobradorista tiene libertad de actuar como le parezca el 30 de enero. Ya existen voces disidentes que optaran por darle su sufragio al priista Manuel Añorve Baños.
Sin duda, Ebrard y López Obrador son ya precandidatos a la presidencia de la Republica. El segundo está mejor posesionado en los 32 estados del país y el primero solo depende del presupuesto de su gobierno, las marrullerías y corruptelas de Los Chuchos y el rencor de Felipe Calderón contra su ex adversario político en los comicios de julio del 2006: López Obrador.
De ahí que Ángel Aguirre pretendiera quedar bien con esas tres fuerzas políticas y en un principio intentara convertir su propaganda en un descarado arcoíris (no el que abandera la causa homosexual). Le sugirieron y aceptó hacer una mezcolanza de colores identificados a los diversos partidos políticos que le dieron el respaldo a su candidatura. Sin embargo, la sábana o fondo qué arroparía al PRD, PT y Convergencia, seria de un azul solferino, extraído del mismísimo tintero panista.
Hubo oposición de la vieja burocracia perredista, presionada por su militancia, y en la propaganda callejera tuvieron que eliminar la presencia azul como eje ideológico. Aún así, el azul panista existe en los spots que se difunden por televisión e Internet. (Ya ahondaré sobre este tema).
Ángel Aguirre tuvo que pactar con Ebrard, Calderón y Los Chuchos y darle la espalda a López Obrador. Lo del domingo fue una simple quema de castillos de pólvora. Lo que en el vulgo popular se le llama un acto político “engañapendejos”. Los reporteros y editores guerrerenses conocen la verdad. Dos de ellos, respetables por su profesionalismo, pero limitados por las empresas donde colaboran, lo confirmaron: “lo del domingo 7 fue un acarreo y detectamos mucha gente importada de otros estados del país, principalmente del Valle de México”.
En una palabra: Los Chuchos utilizan la poca fama que le queda a Aguirre para allegarle de leales a Ebrard e intentar darle en la madre a López Obrador en sus pretensiones políticas de ser el candidato oficial a la presidencia de la republica en el 2012.
Así están las cosas en Guerrero.
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