jueves, 18 de noviembre de 2010

Aguirre y el Cártel de Los Chuchos

*El abstencionismo, suicidio político
*Manuel Añorve con la izquierda lastimada
*Guerrero no puede ser gobernado por asesinos y corruptos

Por Everardo Monroy Caracas

    Tengo 55 años y solo una vez en mi vida he acudido a las urnas. Fue en Tepoztlán, Morelos. Si radicara en estos momentos en el estado de Guerrero lo haría nuevamente y le entregaría mi sufragio al doctor Manuel Añorve Baños. No al PRI o al Partido Verde Ecologista de México. No creo en el abstencionismo como fórmula de protesta. Las alianzas electorales son validas y en nuestro caso tienen un propósito circunstancial: afianzar el verdadero poder popular socialista.
    Los Chuchos (Zambrano y Ortega), la burocracia perredista de Guerrero y el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero son depredadores políticos que han demostrado incapacidad moral y administrativa para enfrentar a la derecha y ultraderecha mexicana. Incluso, Aguirre es cómplice de la persecución, encarcelamiento, tortura y asesinato de perredistas y luchadores sociales guerrerenses. Todo está documentado y por organismos nacionales e internacionales.
    Las democracias auténticas le imprimen a la sociedad su derecho legítimo a verter o pervertir el sufragio. La masa ciudadana hace su trabajo en cada jornada electoral y los medios masivos de comunicación, negocios privados, multiplican hechos y verdades parciales que polarizan opiniones y destruyen o construyen esperanzas en el quehacer de mando de sus futuros gobernantes.
    Después del 1 de abril de 2011, los escenarios políticos se trastocan y uno supone que los carniceros de hoy, serian los marranos de mañana. Y no es así. La elite intelectual, la burocracia gubernamental y partidista y la dirigencia gremial, al servicio del gobernante en turno, simplemente le dan la espalda al candidato perdedor e intentan acomodarse a su nueva realidad. La confrontación de intereses políticos y económicos quedó atrás. El cinismo por hambre impone sus códigos de convivencia.
    El candidato del PAN, Marcos Efrén Parra Gómez tampoco es un personaje de fiar. Es el encargado de hacerle el trabajo sucio a Aguirre. En caso de una decisión electoral cerrada, como sucedió en los comicios federales del 2006, será una especie de fiel de la balanza, pero con los dados cargados.
    En julio de 2006, le tocó a la burocracia priista legitimar a Felipe Calderón Hinojosa. En pago a sus servicios, dos de sus gobernadores asesinos, inmorales y corruptos (Ulises Ruiz Ortiz, de Oaxaca y Mario Marín Torres, de Puebla) fueron intocados y protegidos por la administración pública panista. Siguen sin recibir justicia los familiares de maestros y dirigentes ejecutados por pistoleros oaxaqueños y las niñas y jovencitas abusadas sexualmente por cuates del “gober precioso” poblano.
    El doctor Añorve ha optado por buscar alianzas políticas con la izquierda relegada y lastimada por la burocracia perredista y el despótico gobernador Zeferino Torreblanca. He hablado con seguidores de Andrés Manuel López Obrador y coinciden que el candidato priista, en su búsqueda de consensos, tendrá que ceder a sus propuestas de trabajo y cogobernar con auténticos luchadores sociales. Aguirre simplemente le cedería a Los Chuchos y su gente parte del manejo administrativo de su gobierno. Lo ha prometido: habrán buenas canonjías, no les entregará únicamente la dirección de panteones…
    Respeto a quienes por convicción suponen que Aguirre es un buen gobernante. No lo creo, porque ya gobernó. Su amasiato político con Los Chuchos y Felipe Calderón demuestra que traicionó sus lealtades priistas por un simple berrinche personal y el suponer que una gran mayoría de guerrerenses está de su parte. Prefiero combatir abiertamente a un asesino embozado, ladino y corrupto, a ser una más de sus víctimas en los momentos que gobierne al lado del Cártel de Los Chuchos.
    Mi voto es para el doctor Manuel Añorve…
    Las manchas de tinta: los periodistas de Chihuahua han dejado de ir a los bares. Llevan la fiesta en paz y temen por su seguridad. Los reporteros de la fuente policiaca, ahora ya no se firman sus notas y han dejado de tratar a los malandros como seres de segunda, como animales de escarnio… el milagro de la violencia…

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