lunes, 29 de noviembre de 2010

La nieve de Mississagua

*El sábado se desplomó el cielo con todo y nubes
*Durante más de cuatro meses la ciudad estará sumergida en una espuma blanca..
*La mayor o alcaldesa de 79 años, gobierna 
a este municipio desde 1978…

Por Everardo Monroy Caracas

    Un viernes 3 de diciembre de 2004 vi por primera vez una ciudad sumergida en una plasta de nieve. Llegue de noche y por aire. Durante el descenso del avión intuí que entraba a un terreno devastado por el clima. Toronto iniciaba su temporada invernal pintada de blanco. Enrique, el panameño que dio la bienvenida, lo confirmó: es el primer día que neva y esto seguirá hasta marzo o principios de abril. Seis años después, pero el sábado 27 de noviembre, volvió a desplomarse el cielo con todo y nubes. Los habitantes de Mississagua, Ontario, despertamos rodeados de espuma granulada y una temperatura menor a los cinco grados.
    Mississagua es una ciudad con avenidas anchas y establecimientos comerciales por doquier. En cada manzana o blogs, como aquí les llaman, predominan todo tipo de negocios: estéticas, pizzerías, restaurantes chinos, coreanos y vietnamitas; abarroterías, panaderías, establecimientos de masaje y tiendas de productos importados de china. El movimiento vehicular es incesante y los autobuses urbanos, largos y veloces, cumplen su cometido. No hay queja ciudadana. Tres dólares por persona y el boleto (o transfer) está vigente durante cuatro horas.
    Las chamarras, gorras y guantes empiezan a uniformar a los transeúntes. Los niños son los más entusiastas por la caída de la nieve. El gobierno municipal, el de City Hall, tiene bajo sus hombros la responsabilidad de dragar diariamente toda la plasta blanca que cubre las calles y avenidas. Al inquilino le corresponde despejar banquetas  y accesos a los edificios, comercios y casas. De no hacerlo, ponen en peligro la integridad física de los peatones. Si alguien se cae en zona cubierta de nieve puede demandar y tener de su lado la decisión de los jueces civiles. La reparación del daño puede costar hasta 200 mil dólares, de acuerdo a la fractura. La mayor o alcaldesa de Mississagua, Hazel McCallion, tiene 79 años de edad y desde noviembre de 1978 gobierna al municipio. Cada cuatro años es reelegida por votación directa y secreta. Por lo mismo, no entiendo por qué tanto escándalo por la reelección de Hugo Chávez en Venezuela y el golpe de estado en Honduras, el 28 de junio de 2009, al intentar modificar Manuel Zelaya la constitución política y permitir que el presidente de la republica pudiese repetir su mandato, como ya lo hacen sus diputados.
    Por la tarde de ayer caminé varias manzanas de la avenida Hurontario, abandonando las huellas de mi calzado en la nieve. Entré a una licorería y compré un paquete de cervezas de lata. Poca gente deambulaba y los negocios no estaban muy concurridos. Normalmente los sábados y domingos las familias permanecen en sus casas o departamentos. Los jóvenes prefieren internarse en los centros comerciales (malls) que son verdaderas fortificaciones de concreto y cristal y donde el consumo es el principal eje de su existencia. Los parques públicos dejan de existir, son simples referencias geográficas, mientras que los centros comerciales le dan vida a su gente: ahí están las salas cinematográficas, las tiendas de aparatos electrodomésticos y de Media, y lo mejor de la moda y comida internacional. El dinero aún abunda. Es el primer mundo. Canadá enfrenta su recesión en silencio, sin tantos aspavientes. Sus programas asistenciales garantizan que sus pobres y viciosos puedan comer y tener un lugar seguro donde dormir. La mayoría de hogares poseen un celular, un teléfono domiciliario, telecable e internet. El entretenimiento visual no escasea y por lo mismo, esta temporada invernal solo golpea a los neuróticos, esquizofrénicos e inmigrantes recién llegados. De ahí la gran venta de fármacos y alcohol. El principal negocio de Canadá.
    La nieve hizo su arribo, queridos lectores… Es domingo y terminé de ver en mi televisor la película mexicana Contracorriente o Mujer Alabastrina, basada en una novela de Víctor Bartoli, periodista chihuahuense despedido en la década de los noventa por Osvaldo Rodríguez Borunda, propietario de El Diario. A Víctor lo conocí en 1986 y trabajamos juntos como reporteros durante el verano caliente de Chihuahua, pero ya escribiré mi experiencia con este compañero de oficio que terminó solo, vendiendo libros de puerta en puerta y enfrentando las inclemencias del hambre y el desempleo. Vale la pena dejar testimonio.

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